lunes, 8 de abril de 2013

El que va en bicicleta ve, oye y está en contacto permanente con el mundo y sus cosas. Si hace frío pasa frío y si hace calor igual. Si hace sol se pondrá rojo y si llueve se mojará. Sentirá los baches del terreno y sabrá bien la orientación de su ciudad. Conocerá los puntos con más viento y las pequeñas cuestas abajo que le alegrarán. Parará fácil a saludar si encuentra a un amigo y pedaleará más fuerte si quiere huir. Pasará desapercibido pero si quiere no le dejarán de mirar.

Yendo en bicicleta conocí la parte más alta de mi ciudad. Supe que bajar rápido a un concierto es tener que subir a casa despacio. Entendí que los postes más feos son los mejores para aparcar. Que nunca te vas a enfadar con ningún otro vehículo porque total, nunca te van a oír. Que una bici queda más bonita que un perchero; y que unos frenos fallan y hay que revisarlos, porque como en la vida, de vez en cuando hay que frenar, observar, pensar e incluso a veces dar marcha atrás.

La bici pop.