domingo, 26 de diciembre de 2010

Este adiós no maquilla un hasta luego.
Este nunca no esconde un ojalá.
Estas cenizas no juegan con fuego; este ciego no mira para atrás.

Este notario firma lo que escribo.
Esta letra no la protestaré.
Ahórrate el acuse de recibo; estas vísperas son las de después.

A este ruido tan huérfano de padre, no voy a permitirle que taladre un corazón podrido de latir.

Este pez ya no muere por tu boca.
Este loco se va con otra loca.
Estos ojos no lloran más por ti.

viernes, 17 de diciembre de 2010

En esta época del año estamos un poco aparcadas. Pero no nos metemos en el garaje, nada de eso. Cuando nos de la gana nos sacudimos la nieve polvo y empezamos a pedalear. A toda velocidad.

Es curioso como el tiempo nos coloca en un sitio y en otro. Tengo la manía de pensar, de vez en cuando, en lo que estaba haciendo en esas mismas fechas hace un año. Puede que esté a miles de kilómetros, en tiempo y en espacio, y también en sentimientos. Puede que lo que era primordial en aquellos momentos no se acerque ni de lejos a lo que ahora es prioritario. Que las promesas que me hice a mí misma me parezcan utopías para guardar en la cesta de historias que contar a nuestros nietos. Y viviendo ese futuro que en el pasado temes, solo las canciones son capaces de trasladarte en tiempo y espacio a aquel lugar. Con solo cerrar los ojos puedo hasta recordar el olor, el tacto, las sensaciones. Todas las sensaciones. Y trasladarme al infinito. Para que, en unos 3 minutos, todo vuelva a su cauce habitual.