Y recuerdo bien cuando todavía podía andar contigo a ciegas. Como cuando una situación se convierte en una habitación de la que dominas todos los rincones. Como cuando sabes en qué idioma hablar y qué palabra decir. Y cuando llega el momento de la mudanza, porque siempre llega, lo pasado seguirá estando ahí, controlado. Mientras que lo presente todavía tienes que palparlo, por si acaso, no te vayas a caer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario